martes, 20 de agosto de 2013

CORRIENDO POR SORIA


Los días tras los mundiales dejan un poco de vacío a todos aquellos que estamos preparando la maratón. Estar doblando sesión, sumando quilómetros interminables y series duras por la aspereza del terreno teniendo siempre en mente las imágenes de los y las súper atletas que nos acompañaban mañana y tarde por Teledeporte, vibrando en Moscú, hacían que todo pareciera más fácil. Ahora mismo me encuentro en Soria, supongo que se hace un poco raro porque no es un destino muy turístico para pasar todo el mes de agosto, pero la maratón de Valencia se acerca y yo aquí estoy aprovechando a tope todas las horas de que dispongo para entrenar. Primero el clima, seco y fresco, todo lo contrario que mi costa levantina (con esas noches bochornosas, sin poder pegar ojo), segundo, los paisajes, parajes y caminos infinitos para correr y, tercero, la compañía: aquí tengo a mi entrenador, Abel Antón Rodrigo y comparto entrenamientos con Estela Navascués y Raúl Martínez Antón (el sobrino de Abel, que ya apunta maneras).
Haciendo series por el pinarcillo de Valonsadero.

 Las cosas no van nada mal, excepto los primeros días en los que notaba el ahogo constante por los 1000m sobre el nivel del mar. Ya estoy acostumbrada y voy mejorando mis sensaciones y mis tiempos en las series. Intento disfrutar al máximo de la naturaleza y del silencio a mi alrededor, sólo roto de  vez en cuando por las vacas o algún que otro animalillo.
Hay varios lugares a los que me puedo dirigir cada día, como el monte Valonsadero, que además tiene un lugar un poco más “acondicionado” de 2km donde hacer las series con subidas y bajadas bastante interesantes, la junta de los ríos Pedrajas y Duero, donde al acabar puedes meter las piernas en las heladas aguas del río (con peligro de caer, la corriente resulta un poco engorrosa) y quedarte como nueva, o bordear el río Duero, ver la ermita de San Saturio y comer quilómetros sin ningún problema por sendas increíbles. Por supuesto hay una pista de atletismo y gimnasio del CAEP (Centro de Alto Entrenamiento y Planificación deportiva); importantes, claro!
Rodando por Valonsadero.

Entiendo este lugar como un sueño para todo maratoniano o atleta de fondo que se precie, no sé si es que pido poco para ser feliz, pero estoy encantada con estas “extrañas” vacaciones. Es una lástima que todo esto se conserve así por los largos y crudos inviernos, jeje, supongo que os podéis hacer una idea si alguno de vosotros ha ido al cross internacional de Soria en noviembre (y eso que es entonces cuando acaba de empezar el frío!).
Todavía no ha comenzado el entrenamiento específico para la maratón de Valencia pero toca volumen de quilómetros y coger fuerza en las piernas, zona lumbar, abdominal, etc, que después ayudará a afrontar el muro con más ímpetu.
Haciendo series por la junta de los ríos Pedrajas y Duero.

Os voy a dejar unas cuantas fotos de estos días geniales y quizá la próxima vez tenga la ocasión de participar en el Blog de la maratón de Valencia, lo que tal vez dejaría un poco abandonado el mío propio, pero haré lo que pueda por comentar mis vivencias en la preparación de ese gran reto de los 42.195m, sea donde sea!
Un saludo.
Con Abel Antón, un lujo de entrenador.